La Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (AENTA) prevé colaborar en la lucha contra el mosquito Aedes aegypti, agente transmisor del dengue, chicungunya y sika a través de un proyecto regional con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Este organismo de Naciones Unidas, con el que la agencia mantiene proyectos de colaboración en sectores como la salud, la agricultura, la industria y el medio ambiente promueve la aplicación de técnicas con radiaciones ionizantes para la lucha contra el mosquito Aedes aegypti.
En respuesta a un llamado del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) a través de la AENTA, propone utilizar técnicas nucleares como una herramienta más para combatir el vector en el país.
Para esto, se evaluará la participación de la isla en un proyecto de cooperación técnica que coordinará el OIEA diseñado a fomentar la capacidad regional de América Latina y el Caribe para controlar la explosiva propagación del virus del zika.
El proyecto avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tendrá un período aproximadamente de dos años y podrían participar instituciones como el Hospital Pedro Kourí, única institución certificada en el país para diagnosticar esta enfermedad, el Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear (CEADEN) y el Centro de Ingeniería Ambiental de Camagüey (CIAC).
El proyecto promueve una tecnología llamada Técnica del Insecto Estéril (SIT por sus siglas en inglés). La idea es esterilizar los mosquitos machos mediante radiaciones ionizantes y liberarlos a la atmósfera. Esos mosquitos machos se aparean en su ambiente natural con las hembras, pero como son estériles no producen progenie. Esta es una técnica de control de plagas que aplicada en el tiempo permite reducir la población de los insectos.
El Zika es un virus emergente transmitido por mosquitos, que se identificó por vez primera en Uganda en 1947, a través de una red de monitoreo de la fiebre amarilla selvática. Posteriormente, en 1952, se identificó en el ser humano en Uganda y en la República Unida de Tanzania. Se han registrado brotes de enfermedad por este virus en África, las Américas, Asia y el Pacífico.
El virus ocasiona síntomas similares a los del dengue y el chikungunya, entre ellos, dolores articulares y musculares, dolor de cabeza, erupciones en la piel y fiebre.
Se trata sin duda de un nuevo reto para la humanidad, en el que Cuba intensifica acciones como la lucha antivectorial, la vigilancia epidemiológica y el control sanitario para enfrentar estas enfermedades, teniendo siempre presente el principio de que precaver, es la mejor medicina.
Por: Maibel Rodríguez