En días recientes, en la sede del Departamento de Gestión e Ingeniería Ambiental del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos (CEAC), se llevó a cabo un taller de presentación de los resultados obtenidos durante el 2022, del Servicio Estatal “Bienes y Servicios Ecosistémicos. Caso de Estudio Ecosistema de Manglar”, el cual se desarrolla con el protagonismo de especialistas de la institución científica sureña.
El propósito central del taller estuvo encaminado a presentar los resultados de la investigación “Estimación de la captura de carbono a partir de la biomasa viva en manglares costeros de la provincia de Cienfuegos•.
Este estudio ha estado dirigido a la determinación de la capacidad de secuestro de carbono del ecosistema de manglar en los sectores costeros estero del Delfinario y arroyo Inglés. Además de las posibles emisiones de gases de efecto invernadero que se liberarían a la atmósfera en caso de la degradación o pérdida de estos ecosistemas, expresó Yenizeys Cabrales Caballero, responsable del Servicio.
El almacenamiento de carbono producido por estos ecosistemas es un servicio ambiental de suma importancia para la mitigación del cambio climático en el territorio, agregó.
Entre los principales resultados de la investigación los especialistas explican que el mangle rojo fue la especie que más carbono almacenó (68.6 MgC/ha) en comparación con el mangle negro (41.4 MgC/ha).
Las diferencias observadas en la captura de carbono estuvieron dadas entre otros factores por el desarrollo estructural de la primera especie.
El carbono almacenado por el manglar del Estero del Delfinario (988.03 MgC/ha) fue mayor al del Arroyo Inglés (591.95 MgC/ha), lo cual pudiera estar influenciado no solo por la dominancia de las especies en cada una de las áreas estudiadas, sino también por el nivel de degradación que fue notable en el segundo sector costero.
Así mismo, las posibles emisiones de dióxido de carbono (CO2) registradas en ambos sectores costeros (Arroyo Inglés: 2 225.74 Mg CO2e/ha y Estero del Delfinario: 3 714.98 Mg CO2 e/ha) se consideran elevadas, teniendo en cuenta que el área ocupada por estos manglares no supera las 14 hectáreas. Por lo que se hace indispensable la protección y conservación de estos ecosistemas debido a su contribución para mitigar los efectos del cambio climático en el territorio, argumentan.
Los expertos plantean que teniendo en cuenta estos resultados, debe prestarse especial atención al sector costero arroyo Inglés, ya que constituye un manglar peri-urbano con visibles signos de deterioro a causa de la actividad antrópica (acción o intervención realizada por el ser humano), lo cual disminuye su capacidad para secuestrar carbono, así como, para brindar otros servicios ecosistémicos que puedan garantizar un adecuado desarrollo ecológico y social en ésta zona.
Es necesario ―dicen― la inserción de este en los planes y decisiones gubernamentales, con el objetivo de frenar su degradación y potenciar los bienes y servicios que ofrecen los manglares.
A pesar de la importancia de los manglares, estos experimentan altas tasas de deforestación, el cambio de uso de suelo para la actividad turística y la acuicultura, la contaminación, entre otras, como resultado de actividades antropogénicas, así como la erosión costera, asociada al ascenso en el nivel del mar.
Lo anterior está causando la pérdida de grandes extensiones de estos ecosistemas, la pérdida del servicio de protección que ofrecen a infraestructuras y comunidades costera, además, la liberación de grandes cantidades de carbono a la atmósfera o al océano, convirtiéndolos así en una fuente que contribuye al cambio climático global y regional.
Participaron en el taller miembros del equipo de trabajo, directivos e investigadores del CEAC, Yarina Soto Herrera – Delegada del CTMA en el territorio, así como otras autoridades del CITMA en la provincia, la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental, y el Delfinario de Cienfuegos.